Modigliani

viernes, 28 de marzo de 2014

¿Quieres un hielo o dos?


La noche había caído y la luna atravesaba impaciente y curiosa los huecos abiertos de las ventanas. ¿Descansar? No. Se acercó a él, lentamente, como hacen los gatos y en su mirada había una nota de picardía, diversión, erotismo. Se sabía seductora, atractiva. Con un dedo le cerró los labios.
―Shhhhhhhhh…A la vez que de un empujón le tiraba sobre la cama, quitándole la toalla.―Esto no nos va a servir para nada―. Le dijo, en un tono burlón. ― ¿Te gusta lo que estás viendo? Él asintió con la cabeza. En sus manos tenía cinco pañuelos y una cubitera con hielo.
Y así comenzó aquella locura. Sus manos hábil y lentamente comenzaron a deslizarse por ese cuerpo que estaba preparado para ser torturado. Un juego donde ella tenía una clara sensación de dominio como él de un sometimiento exquisito. Suplicó, rogó, imploró ser liberado, “¡shhhhh!”…    Aún no era el momento, el hielo tenía que terminar de deshacerse. 21/10/2013


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