Y se lo pidió
poniéndole esa cara que solo ella sabía poner, no sabría decir, si era pura
inocencia o una máscara tras la que ocultaba su sensualidad. ¿Cómo
negarse? Esbozó una sonrisa, intuía la
batalla de poderes que comenzaba a desarrollarse. Se arrodilló y soltó el
cierre de su bikini deslizando a través de sus largas piernas el tanga. ―Cierra
los ojos―, le susurró al oído, era más
una orden que una sugerencia. Cayó la primera gota de crema, la segunda…a
partir de ahí, su cuerpo se fue tensando levemente aguardando el próximo
escalofrío. Tan solo era una pequeña demostración de su poder sobre ella. 23/09/2013
No hay comentarios:
Publicar un comentario