Modigliani

miércoles, 26 de marzo de 2014

¡Adiós!


Qué difícil es el Adiós que sabe a despedida,
Gigante que desnuda almas,
Desamparándolas en las noches frías.
Me dijiste adiós y acaso me querías
Me dijiste adiós y quizás no me olvidas.
Pero ahí está, dolor sordo que anuncia ausencia.
Sentencia desgarrada que abre surcos,
Vacio que entrecorta, palpita, clama, desconsuela.

Atrás quedan, la intimidad, la costumbre,
Las danzas enamoradas.
Atrás queda tu sombra con la mía.
Lánguido el cuerpo, el alma herida.

¡Adiós!
Dice Goliat.  ¿Por qué? Pregunta David
Los dos tejen en silencio,
Una triste sonrisa, una blasfemia y una derrota.

El aroma púrpura de tus labios,
Y el abrigo de tus abrazos,
Dejarán de ser sueño,
Para convertirse en olvido.
Dejarán de ser realidad imaginada
Para convertirse en pasión dormida en el recuerdo.

Olor del tiempo, brizna leve
Que irá a encallar a una playa lejana,
Convirtiendo el eco del mar en una despedida.

6 de febrero 2012
Memorias de Mujer, entretejidas

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