Abro la
puerta, el pasillo largo y estrecho está pintado de sombras que me observan, un
frío gélido abraza mi cuerpo tembloroso, mi rostro y cabello se tornan pálido y
cano, decenas de ojos y fusiles me apuntan ataviados con uniforme descolorido.
¡Vámonos, los muertos nos esperan! 07/10/2013
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