Modigliani

jueves, 20 de febrero de 2014

La formidable fábrica del miedo



En lo alto de la colina, hay un gran edificio rectangular, con sus tres chimeneas, sólido, gris y feo. Nadie recuerda cuándo se construyó ni lo que ocurre dentro. Tan solo, que el miedo traspasa la piel de quien lo observa.

Matías, acurrucado en un hueco de la roca, espera con el corazón encogido, tiene las uñas descarnadas de arañar la tierra para no caer por la pendiente, en su cara siente el brote templado de la sangre al golpearse contra una piedra, pero no baja su atención, quiere, siente la necesidad de saber. Siempre le han dicho que no se acerque, ni tan siquiera mire, sucesos terroríficos suceden allí, pero algo en su interior le dice que no obedezca esa orden, que se arme de valor, que lo compruebe por sí mismo. Con el torso de la mano frota su frente, empapada en sudor frío.

La gran puerta se mueve, él se incorpora, durante un segundo mantiene aquel latido que se antepone al silencio y de un salto se introduce como una sombra cualquiera. La tensión ha inundado sus venas, sus manos tiemblan al ritmo de su respiración. Atemorizado y con determinación continua por un espacio vacío y distinto a todo lo que conoce. No puede dejarse vencer por el miedo, no, cuando intuye que su vida cobra sentido. Una segunda puerta aparece. Se arma de valor, aprieta los dientes, empuja…


Hacía ya tiempo que intuía en lo más profundo de su mente que aquello podía ocurrir. Descubre que en el interior de aquel solitario edificio se construye algo sorprendente que puede cambiar la imagen del mundo que él conoce. Es una fábrica que construye PENSAMIENTOS, restablece el conocimiento, elimina la estupidez humana y escribe con letras muy grandes, pero que muy grandes, la palabra IGUALDAD. En ese edificio, sin apenas ventanas, que repele desde su exterior, musarañas, sapos, tiburones, dragones son iguales y eso si que da mucho miedo a los poderosos que quieren gobernar el mundo. Por eso, ante la imposibilidad de poder destruirlo, es imposible, han levantado una muralla que es la de la ignorancia y con ella la del miedo; resulta ser invisible a la vista, pero actúa de forma eficaz en el cerebro.  Desean con todas sus fuerzas que caigan en el olvido cosas como la sabiduría, la cultura, la sensibilidad, la ciencia o el desarrollo porque si no ellos corren  el riesgo de perder su poder y con él el de controlar nuestra mente. 

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