Modigliani

martes, 1 de abril de 2014

Luna


Luna,
Perla incandescente.
Guardadora de misterios.

Alzo mis manos,
Acaricio el detenido contorno de su sombra.
Eterna Cortesana, concédeme
Conocer esos otros cielos,
Mundos dormidos sellados a mi vista.

Murmura, en su silencio celoso…

Abro armarios,
Cierro cajones,
Abandono la lluvia,
Acomodo mis botas,
Ordeno cojines, también aromas,
Coso mi alma a ellos.
Y Ella, mientras, pinta las baldosas
Con su luz indescifrable.
No es tiempo de hacer concesiones.
Dice que soy la mujer,
Esa que camina el día y la noche,
Con los pies y las manos encendidas.

Alzo mis manos,
Intento vano de poder retenerla.
Errante Dama de plata, concédeme
Arribar en el límite  del mundo.
Aún no comprendo cuál es mi papel.
Lo cierto es que estoy aquí

Desde siempre, en lo alto,
Junto a la noche.
Mirando hacia el  horizonte,

Esperando.
Quiero que otra persona venga
Pero nadie puede atravesar conmigo
El camino señalado por los soles y las lunas.
Tantos lugares por transitar,
Tan angostos, tan altos.

Si me  perdiera,
No podría acercarme a las cumbres,
A la luz apasionada de esos cielos lejanos,
A las nubes,  al silencio que atrapa,
Pero no puedo detenerme.
La línea continua del camino me lo impide
Seré la mujer que tendrá que andar
Los días y las noches
Y si alguien pregunta por mí,
Díganle que me vieron pasar,
Que salí a pasear con la Luna
Y  que no regresaré jamás.
                    Poemario 2012.  06 de diciembre de 2012           



1 comentario:

  1. Hermoso poema. Persigues a la luna. Es una gran expresión esa que dices hacia el último tercio: "nadie puede atravesar conmigo el camino señalado por los soles y las lunas". Te pregunto: ¿por qué usas la mayúscula para empezar un verso? A mí me da la impresión de que estás comenzando un nuevo concepto o tema. Me gusta.

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