Alguien que no
estuvo aquí, se dejó un sobre allí. El sillón y mis gafas también están ahí. Me siento
y lo abro con cierta curiosidad. En él aparecen palabras que al principio no
distingo bien, palabras que saltan, alborotan
juguetonas y me llegan a decir:
Dibujo sus pasos.
Mimo sus sueños.
Adorno su respiración.
Abanico su sonrisa.
¡Tú!.
Inquieta
me revuelvo en la butaca; desconcertada espero llegar a una conclusión.
02/02/2015
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