Capitán y sus gafas rodaron sobre el asfalto, a
tientas las cogió, intentó levantarse,
pero no pudo. Algo le incomodó en su pecho, colocó la palma regordeta sobre el
esternón y con estupor descubrió la ausencia de latidos.
pero no pudo. Algo le incomodó en su pecho, colocó la palma regordeta sobre el
esternón y con estupor descubrió la ausencia de latidos.
- Es un misterio señor. le dijo el médico. Ud. no
posee corazón.
- ¿Qué no tengo qué?
.- Corazón. Vaya a la comisaría de policía y
denuncie el hecho. o a la Oficina
de Objetos perdidos.
de Objetos perdidos.
Se fue directo a la policía quienes como es habitual
nada hicieron. De ahí tomó rumbo
al ayuntamiento. Pasó por el segundo, cuarto y quinto piso. Despachos 2. 5. 8, 9 y así sucesivamente.
al ayuntamiento. Pasó por el segundo, cuarto y quinto piso. Despachos 2. 5. 8, 9 y así sucesivamente.
Necesitaba una radiografía o escáner como
justificante.
-¿Y mi póliza, no cubre todos los casos? Preguntó
desesperado.
-No. La letra pequeña dice que queda establecida
legalmente la nula
responsabilidad por la pérdida de corazones, ya sea
por descuido o por
cuestiones sentimentales.
cuestiones sentimentales.
Su cara tomó un color grisáceo semejante al de su
traje.
-No se ponga así hombre, le dijo el oficinista.
Todos hemos perdido algo en la
vida. Algunos pierden la esperanza, otros la compostura. Véame a mí,
yo perdí mi cerebro hace dos años y si no fuera por mi jefe que también
perdió el criterio, yo no estaría trabajando aquí. Además, ¿quién necesita un
corazón en esta ciudad? ¿Dígame quién lo necesita? ¿Quién? 17/03/2014
vida. Algunos pierden la esperanza, otros la compostura. Véame a mí,
yo perdí mi cerebro hace dos años y si no fuera por mi jefe que también
perdió el criterio, yo no estaría trabajando aquí. Además, ¿quién necesita un
corazón en esta ciudad? ¿Dígame quién lo necesita? ¿Quién? 17/03/2014