Modigliani

jueves, 23 de octubre de 2014

La Noche de Halloween







Gruñó mientras aporreaba con el puño el cojín, hasta conseguir la mejor postura que le ofertaba el sofá. Noche oscura. Noche de brujas, noche de Halloween. Movió la cabeza negándose a sí mismo  a pensar. Pero un recuerdo lejano fue más rápido que él.

        ¿Truco o trato?  ‒le sorprendió.
        ¿Qué haces?
        Soy una malvada bruja que aparece en casa de los chicos malos. ¿Lo eres tú?
        No estoy muy seguro. ¿Qué llevas puesto?
        ¿No lo ves?  le decía mientras se daba la vuelta de forma coqueta
        ¿Y debajo? Le preguntó con una sonrisa maliciosa.
        Ven y lo compruebas y subió escaleras arriba hacia el dormitorio­, sensual y lujuriosa como la buena bruja que era.

Silencio atrapado por las notas de un saxofón,  gotas de lluvia curiosas que se asomaban por la ventana, cojines que lo mecían en el intento de atraparlo en su sueño profundo. Todo  interrumpido por el roce de una piel, la leve caricia de un dedo que cruzaba su espalda y  que electrizó todo su cuerpo. “¿Marta? preguntó ansioso y esperanzado.”

Ella se le acercó con besos apenas perceptibles, toques sugerentes que hacían que se encendiera, por momentos. El suspiro de aquella voz le invitaba a juegos prohibidos, a placeres furtivos.  Tomás ansioso buscaba su rostro. Esa voz, ese perfume. “¡Marta, Marta!” Sonreía igual que las lágrimas aparecían. Aquel desfiladero nunca estuvo allí, nunca separó sus destinos.  Ella seguía junto a él.


La diosa de la noche, esquiva y determinante, continuaba con su hechizo: Unas gotas de sensualidad, un tercio de erotismo y mucho de lujuria. Y así, los gestos más cotidianos se convirtieron en una danza extraordinaria hasta caer en la languidez del placer consumado. Un golpe seco hizo que abriera los ojos. Parpadeó y miró desorientado. ¿Qué había ocurrido? ¿Marta? ¿Estás en la cocina? Se respiraba una extraña calma en la habitación. Se incorporó de un salto y entonces vio algo que antes no estaba, sobre el libro había una margarita roja. Su flor. La acercó a su pecho. La envolvió con sus manos y sus ojos se cerraron plácidos. Esta vez sería un sueño tranquilo y reparador.
22/10/2014
Juani Lombardo González







Historia de terror en la casa de Teresa








lunes, 28 de julio de 2014

Un día cualquiera

Érase un día cualquiera
cuando el mundo se acercó a mí.
Me llamó.
Me gritó.
Me avisó.
Giró a toda velocidad
como un día cualquiera.
También sopló,
Silbó
Y mi falda aprovechó para levantar el vuelo.
Giraste la cabeza.
Juani Lombardo González
29/07/2014

miércoles, 11 de junio de 2014

Casi…


Es invierno. La oscuridad se ha encendido en la chimenea. Una desconocida brisa, azuza las llamas; su crepitar dibuja mi sombra, de dandie gatuno, en la puerta del salón. Pedro y Marta, están sentados en el sofá, distantes en sus pensamientos. Unas hormigas, que se han escapado del terrario, se cuelan por el pantalón de Pedro, le hacen cosquillas; sus compañeras, mientras tanto, recogen los restos de una cena, mal barrida. Marta, mientras tanto, teje, como cada noche, evadiéndose de los dolorosos recuerdos que le traen su negligencia la que provocó la muerte de su hijo. Hay un silencio tenso, ocupado por mi mirada brillante, taladradora, de bruja metamorfoseada que ve como una “Sombra”, siempre al acecho, siempre vigilante, la observa fascinada. Intento avisarle: cómo se acerca, cómo se va adhiriendo a su espalda, diluida en contornos extraños, recovecos profundos.
Tranquilo, Bigotes, ¿qué has visto? Me pregunta, Marta.
Unos grandes ovillos de colores luminosos, presiden la mesa y la “Sombra”, sin tan siquiera un color, repara en ellos.
¡Marta! Erizo la piel, en un intento de frenar la escena.
 Un miedo frío se hace dueño de su garganta. Mira a Pedro, con una expresión aterrorizada,  él distraído sigue jugando con el mando a distancia y yo desde un rincón contemplo la escena, con ojos… Casi humanos. Ahora, una hermosa crisálida preside la estancia.
Juana Lombardo González

09/06/2014

miércoles, 21 de mayo de 2014

Adiós al atrás

Adiós al Atrás,
Me dejaste tu poso
Y ahora debo dejarte partir.

Salto a la baldosa,
Que es abismo,
Donde pienso echar raíces,
Será el ahora.

Adiós, de ti también me despido Horizonte lejano.
¿Qué programa me querías señalar para el futuro?
No lo quiero saber.

Sí deseo, quiero abrazarme a esta baldosa de lunares
Que me insinúa los secretos del mundo.
¡Ahora!

Poemario 2014
Juani Lombardo González
6 de enero de 2014

Mariposas

Mariposas que danzan
En el escalón de tu orilla.
Espuma revoltosa, blanca y agujereada
Filtra la alegría.

Mariposas curiosas,
Tristes y abandonadas
Que se acercan a bailar
En el escalón de tu orilla.
Quieren bailar con la espuma

E impregnarse de su quietud.

Poemario 2014
Juani Lombardo González
06 de enero de 2014
Escribo para amarte de la forma más sencilla y decirte con signos lo que mi pensamiento no es capaz de trazar con los sonidos.
Escribo para hacerme real para ti. Así me dibujo, me impregno en óleo
Instalándome en una galería para observarte cuando pasas.
Escribo para respirar la libertad de tus labios.
Escribo para hacerte real y te leas en mi piel.

Escribo, escribo, escribo palabras, verbos, adjetivos y entre líneas tu silueta se define.

Poemario 2014
Juani Lombardo González
09 de enero de 2013