La palabra
que tú me diste
se perdió sin
encontrar un puerto.
No le dio
tiempo a envejecer,
ni a vivir diez míseros segundos
en mi ilusión.
en mi ilusión.
La palabra
que tú me diste
se alejó como
una ola descuidada,
vacía de
contenido.
No le dio
nombre al tiempo,
ni marcó todo
un vocabulario de color rojo.
La palabra
que tú me diste
dejó de crear
un idioma,
alejándose de
mi cuerpo.